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cuaderno de religión

Miração

La palabra "miração", tan recurrente en la doctrina del Santo Daime, no consta en el prestigioso diccionario Aurelio, una de las principales referencias sobre el portugués de Brasil. Esto es claro indicio de que tal palabra es empleada apenas en el ámbito de este movimiento religioso.

Tiene la misma raíz de "miragem", que quiere decir espejismo, sólo que la "miração" provocada por el consumo del Santo Daime no se considera una alucinación irreal, ni siquiera una visión inducida similar a un sueño, producto del subconsciente, sino que se entiende como una revelación que proviene de fuera del individuo, que ha sido creada por entidades externas, o por algún ser espiritual que vive en la bebida sagrada. Además, los seres que se le aparecen al creyente, e incluso se comunican con él, durante el estado alucinatorio, tampoco serían fantasías, sino habitantes espirituales de otros "planos", como podrían ser ángeles o espíritus de fallecidos.

Las "mirações" descritas por Alex Polari de Alverga en su libro recuerdan inevitablemente a la figura literaria conocida como "alegoría", que se define como "metáfora continuada", es decir, un encadenamiento de símbolos o imágenes que explican indirectamente un concepto complejo, o una enseñanza de índole moral o filosófica. Concretamente, las visiones de Polari de Alverga traen a la memoria las alegorías que Baltasar Gracián incluyó en El Criticón. Son visiones barrocas, complejas, incluso exuberantes.

Como en O livro das mirações sólo se recogen las visiones del autor, no podemos saber si las sensaciones y alucinaciones de otros fieles del Santo Daime siguen ese mismo patrón riquísimo de las pinturas de El Bosco, o si la "miração" se corresponde con la complejidad intelectual de cada creyente.

1 comentario

David -

Interesante texto.
Aunque me parece mucho más sugerente el concepto de espejismo que el de revelación.
Un abrazo from NYC.